Con el corazón lleno de amor por nuestra patria, y movidos por el profundo deseo de preservar la armonía que tanto necesitamos, la Asociación Dominicana de Pastores levanta su voz en favor de la paz, la prudencia y el diálogo ante las manifestaciones convocadas en la comunidad de Friusa, en el distrito turístico de Bávaro–Punta Cana.
No ignoramos que el derecho a expresarse es sagrado, y que la justicia social debe ser buscada con firmeza. Pero también sabemos, como pastores del alma, que hay momentos en los que una chispa puede encender una gran llama, y que en tiempos de tensión, incluso los actos más bien intencionados pueden ser malinterpretados o manipulados por quienes no buscan el bien común.

Por eso, apelamos al corazón de los organizadores: piensen en su comunidad, en sus hijos, en los más vulnerables. Que el reclamo se haga, sí, pero con formas que no pongan en riesgo la paz ni abran la puerta al caos. Cambiar el lugar o el formato no es claudicar, es demostrar sabiduría, amor y responsabilidad.
A las autoridades les pedimos templanza y respeto. Que actúen con firmeza, pero también con humanidad. Y a los medios, que no se conviertan en portavoces del conflicto, sino en sembradores de esperanza.
Hoy más que nunca, la nación necesita voces que unan, no que dividan; acciones que construyan, no que destruyan. Por eso, elevamos nuestras oraciones al Dios de la paz, rogando que cubra nuestra tierra con su misericordia, y recordamos las palabras del Maestro:
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9).
Por el amor al pueblo, por la prudencia en la tormenta, y por el deseo de seguir caminando juntos como nación:

Digamos sí a la paz.
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