Con la Liga de nuevo apretada al máximo, y después de las victorias del Barça y el Atlético, el Real Madrid recobró el pulso en el campeonato. Dejó atrás los resbalones contra el Espanyol y Osasuna con una función sólida que sin embargo amenazó con atascarse; aunque producía mucho el Girona, apenas le inquietaba. Pero le costaba dar con la ruta a la red. Mbappé, Rodrygo y Vinicius fluían sin puntería, repentinamente espesos cerca de Gazzaniga. Hasta que apareció Luka Modric, esa luz incombustible, y los llevó a mantener la pugna por la cabeza con el Barcelona, un punto por delante del Atlético.

2
Thibaut Courtois, David Alaba (Eduardo Camavinga, min. 72), Raúl Asencio, Lucas Vázquez, Ferland Mendy, Luka Modric (Antonio Rüdiger, min. 85), Brahim Díaz (Dani Ceballos, min. 72), Aurélien Tchouaméni, Rodrygo, Kylian Mbappé y Vinícius Júnior (Endrick, min. 89)
Goles
1-0 min. 40: Modric. 2-0 min. 82: Vinicius Junior
Arbitro Guillermo Cuadra Fernández
Tarjetas amarillas
Ladislav Krejci (min. 63), Jhon Solís (min. 69)
A Modric, el Bernabéu lo quiere eterno, y algunas tardes lo paladea como si lo fuera. Sin embargo, por debajo de las emociones que provoca su genio, late siempre cierta anticipación de la nostalgia. Dentro de no mucho, lo saben, le echarán de menos. A veces ese asalto de la añoranza es casi inmediato. El croata encontró la rendija con la que no daba ninguno de los delanteros. Bajó con el pecho un despeje de un córner, dejó botar la pelota y la reventó con una trayectoria diabólica. Celebró el Madrid, celebró el público, y entonces sucedió: las pantallas repitieron el tanto y al Bernabéu se le escapó un oooh mezcla de asombro y añoranza venida ya del futuro. Como cuando Ancelotti lo cambió y la grada lo despidió en pie, tal que fuera para siempre.
Antes del gol, el croata había vuelto a dirigir las operaciones, muy lúcido y con ritmo, en una tarde con cierto aroma de transición. El Madrid acaba de dejar atrás al City, pero se asoma ya a otro repecho agudo, con la ida de la semifinal de la Copa el miércoles contra la Real Sociedad y la primera tanda de los octavos de la Champions contra el Atlético el martes siguiente. Antes de afrontar esa cuesta, Ancelotti quiso comprobar si puede contar para el viaje con David Alaba. El austriaco volvió a ser titular por primera vez después de más de un año. Dejó algo más de una hora solvente, en compañía de Asencio. Así pudo descansar Rüdiger, exprimido como Fede Valverde, que también comenzó en el banquillo, un suceso rarísimo, pero necesario. Y también faltaba Bellingham, sancionado, cuyo puesto ocupó Brahim.
Este Girona, una versión rebajada del que asombró el curso pasado, parecía un rival propicio para tomar aire. Desde que el Madrid lo visitó en diciembre, el equipo de Míchel había perdido nueve de sus doce partidos. En la capital se presentó entre la timidez y la cautela. El Real consiguió empujarlo enseguida contra el área de Gazzaniga, protegida por una línea de cinco. Ancelotti desplegó muy abiertos a Rodrygo por la izquierda y a Brahim por la derecha, con Vinicius y Mbappé más centrados.
Mantenían el monopolio de la pelota mientras iban de lado a lado buscando el modo de penetrar en la fortaleza. El equipo fluía sin entretenimientos, con una circulación en la que también entraban Mendy, Lucas Vázquez y Tchouameni, de nuevo dominante en el medio. De cuando en cuando, el Girona se aventuraba al otro lado, donde obligó a dos intervenciones de Courtois. Pero sus excursiones terminaron en susto. A su espalda se soltaban a correr Rodrygo, Mbappé y Vinicius. Aunque con más desesperación que fruto. El 7 sufría al ver perderse sus pases atrás, o cuando se empantanaba en las contras, o al ver sus tiros en el larguero o cerca. Tampoco atinaba Mbappé, que no dejaba de tropezar en Gazzaniga.
El Madrid había quedado varado donde lo dejó Modric, y Míchel se lanzó a por algo más con Bryan Gil y Asprilla, dos extremos punzantes con los que pisó más el campo contrario. Pero también abrió el propio, y Mbappé y Vinicius se asociaron en una contra más, equilibristas sobre la línea del fuera de juego. El brasileño consiguió marcar al fin alargando la puntera, su primer gol en la Liga desde noviembre, el último impulso para mantener el campeonato apretado.
Source link
GIPHY App Key not set. Please check settings